Antes que la pandemia ocasionada por el COVID-19 irrumpa de forma brusca en la economía mundial, el home office era una tarea ocasional y del que se practicaba en contadas empresas, y se convertía en algo poco habitual.
Luego del brote por Coronavirus, que acarreó la obligación de mantenerse en cuarentena y aislamiento social obligatorio hasta que se decrete la salida del mismo. El home office pasó de ser algo alejado de las Pymes, a convertirse en necesario para seguir funcionando.
Esta situación altera cabalmente todos los roles de las jefaturas, que deberán correr su ego para vincularse de forma más cercana y empatizar con todos los colaboradores del equipo. Y lleva a trazar estructuras más horizontales y flexibles que las clásicas piramidales.
Pero ahora bien, ¿Cómo organizamos el trabajo en sí para que resulte eficaz?
Desde FSI Latín América S.A., consultora de software y sistemas recomendamos las siguientes seis reglas para que las Pymes puedan salir airosos de esta situación:
- Definir objetivos claros y concisos para cada colaborador, que sean funcionales al área de trabajo en el cual está involucrado y a la empresa en general.
- Explicar lo esperado detrás de cada meta, en lo material y lo simbólico. Porque las personas tienen que sentirse parte del desafío, y comprometerse profesionalmente con la empresa.
- Conformar guías de trabajo, y comunicarlas de forma clara para evitar mal entendidos y organizar mejor el trabajo.
Formar una agenda y acordar vías de contacto para la comunicación.
- Reconocer a los colaboradores por su gestión. Esto siempre genera adhesión y entusiasmo en el mérito individual.
- Generar tranquilidad en todo el equipo de la Pyme. No se debe sumar estrés, ya que la situación de incertidumbre que trajo el Coronavirus es basta para muchos.
Guiándose por estas reglas, al cabo que termine la pandemia del COVID-19, muchos equipos de trabajo podrán sacar acertadas conclusiones del desenvolvimiento y los logros del período.