Aprendé sobre Cloud Computing e Internet de las Cosas

Existen dos conceptos tecnológicos que están cambiando la forma en la que interactuamos con los objetos que nos rodean: el Cloud Computing o el Internet de las Cosa. Aquí les explicaremos de forma sencilla en qué consisten.

Primero definiremos cada una de estas tendencias tecnológicas:

  • Internet de las Cosas:  Es la traducción literal de la expresión inglesa Internet of Thing, cuyas siglas son IoT. Con este nombre se conoce popularmente a la tendencia, que empezaron a imponer las empresas con más fuerza este año, de intercomunicar cualquier dispositivo de la vida real con la red. Hasta no hace tanto tiempo, el uso de Internet era exclusivo de los celulares, las computadoras y las tablets. Pero, ¿por qué no instalarlo en la cafetera, la helarera o tu auto? Esto es lo precisamente hace el Internet of Things: volver inteligente o “smart“a a los objetos cotidianos y conectarlos con Internet.
  • Cloud Computing: Esta tendencia es anterior al Internet de las Cosas. En castellano, la traducción es más conocida como Computación en la nube. Esta tendencia consiste en subir a un servidor externo, el cual pertenece a una compañía especializada en prestar estos servicios que nosotros solemos denominar como “nube”, todo lo que necesitemos tener al alcance de nuestras manos constantemente y nos ocupe un espacio significativo, desde nuestros archivos hasta la capacidad de procesamiento eliminando las barreras que nos aporta el hardware. Según los niveles de seguridad, protección de datos y manipulación hay tres tipos de nubes: pública, privada e híbrida.

Ahora que conocemos de qué se tratan de ambas tendencias, nos ocuparemos de indagar si realmente afectan o afectarán la forma en la que interactuamos con nuestro alrededor. 

Para ver los cambios que produjo el Cloud Computing no tenemos que esperar. Esta tecnología ya logró cambiar muchos nuestros hábitos actuales. El ejemplo más sencillo de esto son los discos duros virtuales donde guardamos nuestras fotos, vídeos y archivos del celular o la notebook. El mayor beneficio de esto es que podemos acceder esta información desde cualquier lugar, independientemente del dispositivo que usemos, siempre que estemos conectados.

De hecho, la utopía máxima del Cloud Computing es que en un futuro ni siquiera tengamos que cargar con gran parte del hardware. Nuestros dispositivos pasarían a ser simples espejos, limitándose a mostrar la imagen y dejando todo el procesamiento a servidores externos conectados a Internet, inclusive algunas marcas ya se encuentran en una instancia muy cercana a esto.

Sin embargo, para ver los cambios que producirá el Internet de las Cosas debemos esperar unos años más. Gracias a él algún día podremos olvidarnos de hacer las lista de las compras e ir al supermecado. En un par de años, nuestra heladera podrá medir constantemente los alimentos que pongamos en su interior y cuando detecte la ausencia de alguno de ellos, los pedirá automáticamente al super. Algo similar ocurrirá con el resto de elementos del hogar: televisiones, luces, persianas, cortinas, calefacción, entre otras cosas. Las principales compañías de electrodomésticos y tecnología lo saben y han invertido miles de millones de dólares en este futuro modelo de negocio.

Con el potencial del Internet de las Cosas las ciudades también serán mucho más inteligentes, es decir que se convertirán en Smart Cities. Nuestro auto, por ejemplo ayudará a ello ya que se manejará con comandos asistidos, gracias a su conexión con Internet recibirá información sobre las señales de transito y actuará en consecuencia, reduciendo las velocidades, deteniéndose o alertándonos cuando sea necesario. También se conectará con “centrales de tráfico” que analizarán los flujos de movimiento para distribuir el tráfico de la forma más eficiente posible evitando que este colapse y logrando más orden.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *